Justo José Morterero Felipe

Écija
Sevilla

Justo Morterero y Felipe, sobrino de la maestra y pedagoga María Felipe y Pajares, y abuelo de la socialista Carmen Cerceira Morterero (secretaria federal de movimientos sociales en el XXXIV Congreso Federal del PSOE), nació en Trijueque (Guadalajara) el 23 de septiembre de 1886, cuarto hijo de una familia de la burguesía agraria de la provincia. En 1911 obtendría el título de Maestro en la Escuela Normal de San Sebastián, tras la cual ejerció durante un año de maestro auxiliar en Rentería (Guipúzcoa).

Se trasladó a Ceuta para trabajar en la joyería de su hermano, Jesús Morterero, donde conoció a Isabel del Pino Díaz, con la que se casaría en 1922. Del matrimonio nacerían cuatro hijos.

Con este matrimonio, Morterero fue concuñado del socialista David Valverde Soriano, alcalde ceutí con la República y fusilado 1937, y de Emilio Millán Rivero, miembro de UGT a través de la Asociación de Auxiliares de Farmacia de Ceuta y que sería depurado tras la Guerra Civil.

En 1924 fue nombrado maestro de Machinventa, aldea del municipio guipuzcoano de Beasain, donde en su tiempo libre se dedicaría a dar clases de alfabetización de adultos. En 1928 sería nombrado maestro de Rebollosa de Hita (Guadalajara) y en 1933 maestro de Écija (Sevilla).

Profesionalmente, Morterero era partidario de los movimientos de renovación pedagógica de la época, como la “Escuela Nueva” que había conocido a través de su tía María Felipe.

En Écija se afilió a la FETE con la que colaboró en los cursos de alfabetización de adultos. Tras el alzamiento el 18 de julio de 1936 permaneció en Écija a pesar de ser aconsejado para que abandonara la localidad ya que consideraba que no había cometido delito alguno por el cual debiera ocultarse.

Detenido a finales de julio, le trasladaron a la Remonta Militar por un militar conocido de su época de Ceuta, el cual le dijo: “Morterero, me lo voy a llevar a la Remonta, porque si no éstos lo fusilan”. Pero los falangistas, aprovechando la ausencia del militar, lo sacaron del cuartel y lo trasladaron a un edificio municipal.

La mañana del 23 de agosto, su hija Carmen fue a llevarle comida a la cárcel, como hacía todos los días. Al llegar, una desconocida le dijo: “Vete, hija, que estos hijos de puta han fusilado a tu padre”.

Justo Morterero había sido asesinado el día anterior y enterrado en una de las fosas comunes en el cementerio municipal de Écija.