Laureano Martín García

Vélez-Málaga
Málaga

Último alcalde republicano de Vélez-Málaga

Laureano vino al mundo un día de marzo de 1905 en Zafarraya. Su padre, José Martín Moreno, era propietario de algunas pequeñas parcelas. A los 40 días de haber nacido, la familia se traslada a Torre del Mar en cuyo pueblo abrirá una tienda de comestibles. De pequeño obtuvo el grado de Bachillerato en el colegio Ave María, de la mencionada pedanía, y a la edad de 18 años se presentó a unas oposiciones para la empresa de los Ferrocarriles Suburbanos en el Palacio de la Tinta de la capital. De 300 aspirantes él consigue el décimo tercer puesto. Es nombrado, pues, jefe de la Estación de Chilches. Llegó a ponerse sus primeros pantalones largos con este trabajo.

Laureano vino al mundo un día de marzo de 1905 en Zafarraya. Su padre, José Martín Moreno, era propietario de algunas pequeñas parcelas. A los 40 días de haber nacido, la familia se traslada a Torre del Mar en cuyo pueblo abrirá una tienda de comestibles. De pequeño obtuvo el grado de Bachillerato en el colegio Ave María, de la mencionada pedanía, y a la edad de 18 años se presentó a unas oposiciones para la empresa de los Ferrocarriles Suburbanos en el Palacio de la Tinta de la capital. De 300 aspirantes él consigue el décimo tercer puesto. Es nombrado, pues, jefe de la Estación de Chilches. Llegó a ponerse sus primeros pantalones largos con este trabajo.

Ese mismo años ingresa en las Juventudes Socialistas de Vélez-Málaga, gracias a la influencia de Francisco Jiménez Puertas, líder del municipio. Esta decisión cambiaría su vida de forma excepcional. Con motivo de los problemas de sueldos y horarios que tenían los trabajadores del sector ferroviario, Laureano organiza una huelga que le costará el despido. No obstante, pese a ello, se las arregla para hacerse socio de Rafael Peláez Córdoba, llevando conjuntamente una empresa de transportes de mercancías. Aunque no le quitó de trabajar, cuyos jornales se los ganaba como obrero en la Fábrica Larios “Nuestra Señora de la Concepción” de Torre del Mar.

La II República trajo nuevas esperanzas y, de hecho, se implicó de lleno en la política. Participaba en mítines y organizaba reuniones con la directiva de la capital. Incluso se presentó para Diputado provincial, aunque no obtuvo los votos necesarios. Era muy amigo del doctor Vicente Sarmiento Ruiz, Diputado socialista malagueño. Al mismo tiempo, en el año 1931 el gobierno promulgó el matrimonio civil y Laureano se casó con Ana María Montoro Salido, hija de Manuel y Presentación, y hermana de Eduardo, oficinista del ayuntamiento. Por culpa de esto, tras la ceremonia, perdieron muchas amistades, ya que la ceremonia civil estaba mal visto ante los ojos de los más conservadores. En estos años les nacerá su primera hija, Margarita. Más tarde, con la victoria del Frente Popular, el 21 de junio de 1936 es nombrado concejal del ayuntamiento de Vélez por el Partido Socialista, así como miembro de las Comisiones Permanentes de Instrucción Pública, Jurídica, Hacienda y Estadísticas y Quintas. Defenderá la causa proletaria, participando activamente en los plenos. Va a ser apodado, por ello, “la Revoltosa”.

El 18 de julio de 1936 estalla la guerra civil. Málaga quedó bajo la República, excepto que se desencadenó un proceso revolucionario sin precedentes. El 26 de julio es controlada la fábrica de Larios de Torre del Mar y se crea un Comité de Fábrica. Laureano Martín García es nombrado gerente administrador, puesto que los altos cargos se encontraban en la cárcel acusados de estar implicados en el fallido golpe militar. También formó parte del Comité de Enlace del Frente Popular hasta que el 22 de septiembre es elegido, en sesión secreta, Alcalde-Presidente a causa de la dimisión del anterior en el cargo, Federico Terrón Rodríguez. Si bien, la situación poco a poco se tornó caótica. Los fascistas ganaban terreno y la ciudad estaba repleta de milicianos de todos los colores que no obedecían a nadie.

El 8 de febrero, a las 2 de la tarde, las tropas nacionales entran en Vélez-Málaga. Días antes, su familia consigue huir a la zona republicana mientras él decide marchar atravesando las montañas portando en dos burros de carga toda la documentación del Partido Socialista veleño. Al fin consigue reunirse con ellos en Alcantarilla, un pueblecito de Murcia. Aquí les nacerá su segundo hijo, José María. Laureano va a ser nombrado comisario político. Pero, poco a poco, la guerra se inclina a favor de los fascistas. Por mandato suyo, ordena a su mujer que, en caso de que la guerra se perdiera, quemara todos los documentos del partido como así hizo más adelante. Mientras tanto, se encontraba en Barcelona, a consecuencia de un viaje por trámites burocráticos, cuando los nacionales avanzaron y partieron en dos la zona republicana por Castellón de Plana. La República tenía las horas contadas. Laureano quedó apartado de su familia, la cual no volvió a verle hasta después de cinco años. Una vez concluida la guerra, su mujer e hijos regresan a Málaga. Laureano cruza a pie la frontera francesa y llegará a un pueblo llamado Saint Hipòlit de Dufour (Francia). Desde allí pasa a Burdeos para embarcarse en el buque Mexique, el último de los que zarparon a tierras mexicanas.

Tras un largo viaje, miles de republicanos desembarcaron en Veracruz (México) y los albergan en el Castillo del Perote hasta que el presidente Lázaro Cárdenas pudiera repartirlos por el país. En esa fortaleza de piedra se organizó un Comité provisional del Gobierno republicano del que Laureano fue secretario.

Luego se marchó a México D.F. Allí estuvo como administrador del Colegio Madrid, centro subvencionado por el estado mexicano y el gobierno de la República en el exilio. El presidente de la República mexicana les dio a cada exiliado 200 pesos para comenzar una nueva vida en un país ajeno. Laureano comienza a trabajar de ditero, vendiendo prendas y embutido español de casa en casa. Después marchará a Guadalajara, en cuya ciudad abrirá una tienda de material electrónico. Consigue ahorrar dinero para traerse a su familia de España. En 1945 cruzaron el Atlántico y se establecieron junto a él. Fue entonces cuando les nació su última hija, que se llamó como su madre.

A partir de entonces la vida le fue bien. En Guadalajara comenzó a componer canciones porque él amaba la música tradicional. En su infancia aprendió a tocar el acordeón y la flauta. Así es como reorganizó la Sociedad de Compositores de Jalisco, del que fue presidente. Paulatinamente fue reconocido como compositor e incluso recibió multitud premios. Uno de ellos se trató de un busto ubicado en el Parque Azul de Guadalajara. Murió en el año 1976 a los 74 años. Su ataúd fue rodeado por la bandera tricolor republicana

Fuente: http://velezmalaga-siglo21.blogspot.com