Pascual Rodríguez Rodríguez

Carmona
Sevilla

Pascual nació en Carmona (Sevilla), el día 28 de Marzo de 1909. Conocido en el pueblo por el mote familiar “el cubero”, con 26 años participó en la defensa de este pueblo frente al avance de las tropas fascistas en el alzamiento militar del ejército comandado por el General Franco el 18 de julio de 1936. En la toma del pueblo, el 22 de Julio, logra huir con su hermano Enrique y con otros compañeros, buscando refugio y defendiendo los pueblos de Brenes, Cantillana, Constantina, etc. Se inscribe en la Brigada 77 comandada por un tal “Savín”, de su mismo pueblo y marchan a Madrid. Allí participa en la defensa de la ciudad, en la batalla del Jarama y en Guadalajara, con la Brigada 50. Un mes después de su huida, su padre, Juan Rodríguez Tirado, es fusilado en las tapias del cementerio de Carmona, a la edad de 72 años, en la aplicación del tristemente conocido “Bando de Guerra”.

No sabemos qué fue lo que provocó que en el transcurso de la guerra se separase de su hermano Enrique, del que siempre estuvo muy unido. El expediente Jurídico-militar de Pascual, que consta en nuestro poder, describe que la noche del 22 de Agosto de 1939 (ya acabada la Guerra Civil) fue sacado del S.I.P.M. de La Carolina, donde estaba detenido para practicarle un interrogatorio. En el transcurso de éste, Pascual se escapa de sus guardianes y sale corriendo por las calles de la ciudad. Los falangistas le dan el alto, pero él continúa corriendo. Le disparan varias veces, hiriéndolo de muerte. Este expediente fue abierto para establecer responsabilidades por el hecho de su muerte, a manos de los falangistas que lo custodiaban. Años más tarde y en una farsa de juicio, eximen de toda responsabilidad a los responsables de su muerte. Ésa era la justicia de Franco. El expediente revela datos escalofriantes de nuestro familiar, entre ellos sus últimas palabras, cuando refugiado en un portal de una casa, herido de muerte y sabiéndose sin escapatoria, llama a gritos a su madre. Pero si algo positivo podemos sacar de este documento es que gracias a él conocemos como era nuestro tío-abuelo Pascual, ya que la autopsia lo describe como “…un sujeto con barba descuidada, moreno, enjuto de carnes, vistiendo pantalón negro, camisa caqui y alpargatas negras…”. La rabia y la pena se mezclan al leer las páginas de su auptosia. Pascual murió el mismo día que su padre. A éste lo asesinaron al inicio de la contienda; a Pascual al final. Con dolor y con orgullo, hoy sus familiares intentamos escribir la historia personal de nuestro tío-abuelo Pascual, del que nunca supimos nada. La decisión de buscar en los archivos corresponde a un deseo de dignificar el nombre y la memoria de nuestro familiar, tristemente olvidado durante 70 años.